Hace varios años que, desde CEMFormació, se orienta a personas que están en búsqueda de trabajo, que quieren cambiar de trabajo o quieren “reinventarse”. A lo largo de estos años, son muchas las personas que han pasado por este proceso de orientación y, todas, tenían un denominador común, buscaban trabajo, y no encontraban.
Tres son, a nuestro entender, las preguntas clave de un proceso de orientación laboral:
¿Por qué crees que te cuesta encontrar trabajo?
Normalmente, ante esta pregunta, las respuestas van hacia la misma dirección: “no hay trabajo”, “con esta crisis es imposible”, “soy demasiado mayor”, “no tengo suficiente experiencia”, “exigen una titulación que no tengo”…
Es cierto que la situación actual es difícil y complicada, que hay personas que no tienen las necesidades básicas cubiertas y se ven obligadas a aceptar cualquier trabajo, sin poder elegir ni priorizar la formación como vía para optar a trabajos con mejores condiciones laborales o profesiones deseadas.
Pero también hay personas que sí que se pueden permitir un tiempo para mejorar su perfil profesional, formarse, reciclarse y dedicar tiempo a buscar y elegir…
En cualquiera de los dos casos, en el proceso de orientación acompañamos en el proceso de autoanálisis en el que nos preguntan qué competencias son las que, actualmente, demanda el mercado laboral para trabajar de aquello de lo que se quiere, y que se puede hacer para ponerse al día y no perder ninguna oportunidad laboral.
De qué puedes / quieres trabajar?
No vale decir “puedo trabajar de cualquier cosa”, “cualquier trabajo me va bien”, “busco lo que sea”… porque no es verdad.
Nada más comenzar el proceso de orientación, es importantísimo tener claro qué es lo que queremos, donde queremos llegar, porque sólo teniendo claro nuestro objetivo, conseguiremos que “los árboles no nos dejen ver el bosque…”
¿Qué crees que puedes aportar a un puesto de trabajo?
A menudo, el hecho de estar sin trabajo, de buscar y no conseguir ninguna entrevista, puede llevar a pensar que no somos capaces de iniciar una formación, de reinventarnos o de ofrecernos como profesionales que somos a las ofertas de trabajo.
Tener una sana autoestima, creer y confiar en que podemos formarnos y aprender cosas nuevas; re-conocer y confiar en las competencias que hemos desarrollado a lo largo de los años y la experiencia personal a nivel formativo, laboral e incluso, vital, es primordial e imprescindible para alcanzar el objetivo de encontrar un trabajo.
Hace pocos días, haciendo seguimiento del proceso de orientación que iniciamos el año pasado, recuperamos el caso de una usuaria que quería cambiar de sector profesional pero que no se veía capacitada para hacer un curso, ya que hacía muchos años que no había estudiado nada.
Al quedarse sin trabajo a raíz de la pandemia y de la dificultad de encontrar trabajo por la situación del mercado de trabajo, decidió inscribirse en un certificado de profesionalidad. Con el tiempo, esta persona reconocía que, a diferencia de lo que creía, había sido capaz de hacer muchas cosas y se sentía satisfecha y orgullosa de lo que había conseguido. Ahora, se mostraba segura y convencida de continuar con la búsqueda de trabajo, aprovechar el tiempo y seguir formándose para luchar por lo que realmente quería y le gusta.
Es aquí donde aparece la palabra mágica sin la cual, difícilmente tendremos éxito en un proceso de orientación y que es extensible a cualquier ámbito de la vida, la actitud. Como dijo Winston Churchill, “la actitud es una pequeña cosa que marca una gran diferencia”.
En los procesos de orientación y acompañamiento que hacemos en CEMFormació, percibimos como imprescindible cuidar y alimentar una actitud positiva, proactiva, de aprendizaje y de superación constante, ya que de ella depende, en gran parte el éxito en el proceso de búsqueda de trabajo.
Esther García y Beth Adelantado